Monja benedictina. Nació en Barcelona en 1966. Es médica, doctora en Salud Pública, doctora en Teología, feminista, independentista y anticapitalista. La profunda libertad y el rigor con que opina de la medicalización del cuerpo, la sexualidad o el poder provocan pequeños terremotos cada vez que abre la boca. Desde abril está impulsando un proceso constituyente para crear un nuevo modelo de estado en Cataluña.
Estas primeras líneas corresponden al minuto 45 de entrevista, o lo que es lo mismo: esta entrevista empieza por el final, en el momento en que Teresa Forcades ofrece el mejor retrato de sí misma a partir de una interpretación personal de un pasaje del Antiguo Testamento: “El flujo de la vida no se puede retener –dice en una sala de visita del monasterio de Sant Benet de Montserrat–. Lo más precioso que tiene la persona es esta capacidad de vivir la vida cada día, arriesgándose, y extraer placer de ese riesgo. Por eso nos entusiasma tanto ver a alguien que vive abiertamente. La vida no es un juego de pistas ni una cosa cerrada, es una diálectica entre la fascinación que tiene hablar de libertad y el miedo a ser libre. Estas son las dimensiones básicas por donde pasa la felicidad y el sentido de la vida”. ¡Toma ya! Que tiemblen las farmacéuticas, las élites políticas y financieras y la jerarquía eclesiástica, que aquí está la hermana Teresa, la versión monástica del “Walk On The Wild Side” de Lou Reed.
“El flujo de la vida no se puede retener. Lo más precioso que tiene la persona es esta capacidad de vivir la vida cada día, arriesgándose, y extraer placer de ese riesgo. Por eso nos entusiasma tanto ver a alguien que vive abiertamente. La vida no es un juego de pistas ni una cosa cerrada, es una diálectica entre la fascinación que tiene hablar de libertad y el miedo a ser libre. Estas son las dimensiones básicas por donde pasa la felicidad y el sentido de la vida”
Dentro del monasterio usted es solo una más entre treinta y siete monjas, pero en el exterior es famosa. ¿Eso cómo se lleva? A nivel personal es un placer, porque me permite descansar de la atención mediática, que es como una servitud que encajo deportivamente. No tener esta atención privilegiada en mi comunidad es un elemento esencial para mi salud mental.
Para ustedes las benedictinas “nada es fácil, pero todo es posible”. Pero me temo que llegar a las 100.000 adhesiones al proceso constituyente tal como había previsto no será posible. Es verdad que primero dije que alcanzaríamos esta cifra para el (pasado) día de Sant Jordi y ahora digo que para el 11 de septiembre. Hasta entonces aún estamos en fase de ver si cuaja o no, pero un proceso constituyente no es una campaña de recogida de firmas.
Ya, pero hace tres meses que presentaron la iniciativa junto al economista Arcadi Oliveres y van por las 40.000. Lo más esencial para que el proceso cuaje no es lo cuantitativo, sino lo cualitativo. El tesoro del proceso constituyente es la diversidad, conseguir reunir a cristianos de base, indignados, grupos de la izquierda radical y personas que no son de aquí ni de allá, que no se identifican con ningún movimiento social, pero a quienes este proyecto les inspira confianza. Estas personas no organizadas políticamente son nuestro público.
Si hubiera salido en Tele 5 ahora quizá serían 400.000. No lo sé, porque no tengo ningún interés en ir. No queremos masas de gente que muevan la banderita en los mítines, necesitamos sujetos políticos activos. Al proceso no debería apuntarse nadie que piense que esto será fácil, porque una revolución implica cambiar las reglas de juego de una sociedad y esto significa una posibilidad de ruptura social, incluso enfrentamientos. Nosotros somos pacíficos, democráticos y no queremos promocionar ningún tipo de violencia, pero esto no es un juego de pistas, estamos hablando de cambiar la sociedad. Si la gente se apunta “a ver si Arcadi y Teresa nos sacan de la crisis”, será un fracaso rotundo.
Pero no negará su tirón popular. Personas activas en la política me propusieron impulsar este proceso con Arcadi porque decían que yo tenía credibilidad transversal, pero esto no es una cosa personalista. Para que vea que soy coherente le daré una primicia (esta entrevista se realizó a finales de junio, por lo que la primicia ya es historia).El curso que viene me voy a dar clases a la facultad de Teología de Berlín. No pienso dejar colgado el proceso, vendré cada mes y haré lo que tenga que hacer, pero no siento que dirija nada; eso sería lo peor de lo peor, a nivel personal y de país.

“Tienes que escuchar qué te dice tu sexualidad y tu afectividad y ver qué haces con esto. No se trata de reprimirte, sino de reencuadrar las experiencias que vas viviendo dentro de una vida que tiene unos objetivos y unos compromisos”.Foto: Óscar García
Hubiera podido canalizar su inquietud como las Femen, usando el cuerpo desnudo para hacer política, pero en cambio lo hace vistiendo el hábito. Para mí el hábito es un facilitador de libertad. En la sociedad contemporánea, el peso de la imagen es muy fuerte, sobre todo para las mujeres. Estoy haciendo un estudio sobre la medicalización de la cosmética genital y es horroroso. ¡¿Qué estamos haciendo?! ¡Las labioplastias (cirugía de labios mayores y menores) son mutilaciones genitales! Cuando decimos mutilación genital pensamos que es una cosa de bárbaros, pero aquí te hacen lo mismo en una consulta de ginecología. Y no solo eso, sino todo el culto a la juventud. En este sentido un monasterio es un espacio de libertad y sensibilidad.
Vaya… ¿Aceptan mujeres con hijos? Sí, aunque no con los niños aquí dentro (ríe).Pero no se trata de que, como te sientes oprimida, te vas al monasterio; a este lugar solo tiene sentido ir si tienes una experiencia interior de relación con Dios y te sientes llamada a esta vida.
“Para mí el ideal espiritual es vibrar con toda la gama de emociones humanas, y eso incluye naturalmente el deseo, que es una de las dimensiones más creativas de la vida. No creo que una persona se pueda realizar amputando su sexualidad. No sé si es posible entrar en un monasterio y apartar todo lo sexual; en todo caso, no es mi experiencia. La capacidad de enamorarse sexualmente no ha desaparecido en mí y cuando esto pasa te provoca una conmoción, igual que si estás en pareja y sientes atracción por otra persona”
A menudo se la ataca a través del sexo, como si por el hecho de ser monja fuera un ser asexuado, reprimido, frígido. Para mí el ideal espiritual es vibrar con toda la gama de emociones humanas, y eso incluye naturalmente el deseo, que es una de las dimensiones más creativas de la vida. No creo que una persona se pueda realizar amputando su sexualidad. No sé si es posible entrar en un monasterio y apartar todo lo sexual; en todo caso, no es mi experiencia. La capacidad de enamorarse sexualmente no ha desaparecido en mí y cuando esto pasa te provoca una conmoción, igual que si estás en pareja y sientes atracción por otra persona. ¿Qué hacer? Tienes que escuchar qué te dice tu sexualidad y tu afectividad y ver qué haces con esto. No se trata de reprimirte, sino de reencuadrar las experiencias que vas viviendo dentro de una vida que tiene unos objetivos y unos compromisos.
Usted era un torbellino en la escuela. ¿Qué le queda de aquella niña? Mantengo la curiosidad y la confianza y creo que he conseguido que no me venza tanto el desasosiego y la insatisfacción. De pequeña no estaba contenta, tenía la sensación de que no tenía espacio, ni en la escuela, ni en casa ni durante la adolescencia, pero ahora esto ya no es mi señal dominante.
La rutina en el monasterio es rígida. Es mediodía y lleva seis horas en pie.Bueno, tengo que reconocer que hoy me he levantado más tarde porque ayer estuve en un acto hasta entrada la noche y…
La paciencia que tiene con usted la madre abadesa… Tiene toda la razón, ya lo puede escribir. Ella y todas, porque ella observa con buenos ojos el proceso, pero también hay que valorar a las monjas que no lo ven con buenos ojos y aun así no hacen nada para que me echen. Cuando me propusieron impulsar el proceso constituyente, antes de decir que sí tuve que hablarlo con mi comunidad. Tuvimos una discusión y votamos, porque algunas decían que “de ninguna manera”, “no te metas”, y otras “¡oh!, estupendo”.
¿Cuál es su mejor momento del día en el monasterio? Los dos momentos de oración individual. Yo suelo leer el Evangelio del día. Leo unas palabras que se supone que las pronunció una persona que yo creo que es Dios, que es el amor inicial que ha empezado el mundo y el que me espera y, “zzzzp” (hace un gesto como de despegue),esto me redimensiona, las antenas se abren y se despliegan. Si conociera una redimensión más grande de lo que para mí es vivir, la eligiría, pero de momento esta es la más grande.
Siempre ha tenido una relación muy potente con la naturaleza. ¿Su apretada agenda aún se lo permite? Los lunes y los martes voy a un lugar secreto de la montaña. Durante dos días nadie sabe dónde estoy y no veo a nadie. La comunidad me lo permite; si no, no lo resistiría.
La vida es una dialéctica entre la fascinación que tiene hablar de libertad y el miedo a ser Libre!! Lidia tenes el don de interpretar y expresar las vivencias de las personas!! Me encanta escucharte con esa alegría y esa libertad o soltura de entregar todo loque sucede en tu interior!! También es fascinante poder conocer personas como tu como Teresa,como Mayte,son seres de luzzz increíblemente lindos que nos brindan alegría de vivir y bienestar,más allá de lo que nos toque vivir!!
Un GRACIAS INMENSO,!! Para que sigas este camino de búsqueda,compromiso y entrega de ti!! Nos ayudaN A SER MEJORES PERSONAS,
Un beso grande Cristina
Tu blog es un buen espejo donde mirarse